Ha sido el precio a pagar con multitud de avances desde tiempo inmemorial, unas veces por desconocimiento inicial del peligro y otras por imprudencias o negligencias. Los ejemplos a lo largo de la historia son innumerables: desde la toxicidad de los metales en los inicios de la metalurgia hasta la radiactividad, pasando por el amianto, los productos orgánicos de síntesis, etc.
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